cementerio

2 may 2011








Mi pensamiento es aplicable, entre muchas otras cosas, a la contaminación de nuestro ambiente. Nos preocupa la contaminación de gases automovilísticos e industriales en nuestro pueblo, barrio, en nuestra área. Nos preocupa la contaminación del río cerca de nosotros, de nuestras playas. Nos preocupa la contaminación de los animales de nuestros vecinos en nuestros patios, del ruido de la juventud con su música al más alto nivel de sonido.


Pero, realmente el problema de contaminación actual es de mayor envergadura. Podemos empezar desde nuestro sistema solar, y por más, por nuestro Planeta. Luego de lanzar miles de satélites a orbitar la tierra, destruyendo cientos de ellos sobre la atmósfera, dejando una "carretera" de desperdicios mecánicos, piezas sueltas, pedazos de metal y miles de artículos más, dando la vuelta sobre nuestras cabezas. Ahora los científicos tienen temor de lanzar nuevos satélites ya que podrían ser afectados al chocar con algunos de estos desperdicios.






La alta tecnología permite acceso a películas de sexo y violencia con suma facilidad, tanto a la juventud, como adultos. Hoy se aprende que hay que defenderse a tiros y que las mujeres son para usarse. El matrimonio está obsoleto. "Los hijos sin padre" son cosas de todos los días. ¿Quién se va a preocupar por el ambiente, que no sea obtener momentáneamente sus beneficios? Y el que venga atrás, que se preocupe. ¿Quién le dice a la Sra. Vecina que controle sus 10 gatos que están contaminando nuestros patios, nuestra salud, y nuestra paz mental, sin recibir un insulto y un enojo. ¿Quién le dice a un joven que no tire una lata al piso, sin el temor de que le pueda contestar una grosería.



Es cierto que las sociedades y comunidades son cambiantes y es natural que sea así. Pero las funciones básicas de supervivencia, provocadas por las necesidades del ser humano, se mantienen estables. El ser humano ingiere alimentos, genera desperdicios, vive en sociedad con otros, viaja, vive, muere. Esta cadena es continua, se repite. Para poder sobrevivir y darle acceso a futuras generaciones, tenemos que controlar las funciones básicas señaladas. Sabemos que son necesidades humanas y que tendremos que ejecutarlas. La ciudad, como si fuera un ser humano, también tiene sus funciones básicas, entre ellas, disponer de los desperdicios. Son funciones que hay que tener en mente porque tienen que ser realizadas. Para su control se requiere enseñar y adiestrar la población a realizarlas de manera que permita a las futuras generaciones continuar el proceso de vivencia.

Por tanto, los contaminantes de nuestro ambiente, sean nucleares, gaseosos, sólidos, líquidos, son perjudiciales a nuestra salud y le serán muy dañinos a las generaciones futuras. Es nuestro deber, a una escala mundial y nacional, establecer parámetros ambientales que permitan a nuestra población y a las futuras, disfrutar de una vida más feliz y saludable. Las palabras claves son: "enseñanza y adiestramiento, empezando, desde ¡ya!...".




No hay comentarios:

Publicar un comentario